Menú
Claudio Aravena Claudio Aravena

Por Claudio Aravena

Profesor, diplomado en industrias editoriales y máster en Edición. Actualmente es gerente de desarrollo de La Fuente. Miembro de IBBY Chile y del consejo consultivo de Ediciones Puro Chile. Cree en los libros.

Entrevistas

A volar, paloma: entrevista a María Jesús Guarda

18 mayo 2021 4:00 pm

Por Claudio Aravena

Profesor, diplomado en industrias editoriales y máster en Edición. Actualmente es gerente de desarrollo de La Fuente. Miembro de IBBY Chile y del consejo consultivo de Ediciones Puro Chile. Cree en los libros.

El año 2018, la ilustradora chilena María Jesús Guarda ganó el prestigioso premio Macmillan, en Inglaterra, con su libro álbum Paloma voló (Paloma flew), que aborda la infancia y el destierro. Hoy el libro llega nuestras manos gracias a la edición española de Baobab, que trae la editorial Planeta a Chile. En esta entrevista, conocemos más sobre la historia de la protagonista, una niña exiliada de su país, y sobre el gusto de su creadora por los libros infantiles.

Suena el timbre y llega un libro de regalo. Abro el paquete con rapidez. Si hay algo bueno de la pandemia — quizás lo único bueno — es la llegada del correo con libros para reseñar. Lo primero que llama mi atención es la soltura del dibujo, el color de la hoja (un tono más oscuro que el hueso); la paleta de colores, las marcas que dejan los naranjos, obispos y celestes. El trazo libre y el color negro siempre enmarcando el dibujo. Una tipografía de carácter infantil anuncia que Paloma Voló, de María Jesús Guarda, se ha posado en esta casa y no queda más que disfrutarlo.

Editado en español por Baobab y traído a Chile por Planeta Libros, esta creación de la ilustradora chilena llega con una marraqueta bajo el brazo, nada menos que haber ganado el premio Macmillan, en Inglaterra, país en el que María Jesús realizó sus estudios de posgrado: dos maestrías en arte, una en ilustración (University of the Arts of London) y otra en ilustración de libros para niños (Anglia Ruskin University), luego de haberse titulado como diseñadora gráfica, en la Universidad Católica de Chile.

Paloma Flew, su título original, fue el proyecto final para graduarse en su segundo máster y luego de terminado fue enviado al concurso, el cual ganó: “Para mí ganar el Macmillan Prize of Illustration es algo que todavía no me lo creo. Fue como un sueño. En general estoy postulando a muchos concursos y nunca pensé que me lo podía ganar. Este en particular está dirigido a quienes cursan o han cursado Ilustración en el Reino Unido”.

Símbolo inequívoco de la paz, Paloma es un nombre que bautiza a mujeres creativas, dueñas de sí mismas y libres como pájaros. Así es un poco la protagonista de este libro, quien es obligada a abandonar su país por causa de la dictadura; la familia de Paloma decide emigrar a un país con nieve y frío, en donde son acogidos por personas generosas que les brindan un hogar. En un ambiente tibio y feliz, la niña hace nuevos amigos, siempre protegida por sus padres, quienes no dejan de conectarla con su país: “yo no viví en el exilio, dos amigas y una amiga de ellas que sí lo hicieron, me ayudaron contándome de sus recuerdos. Vimos que había muy poco escrito sobre el tema desde la perspectiva de los niños y para los niños”.

Paloma voló
Paloma voló
Paloma voló

Mientras los azules pueblan las páginas, el color obispo llega de la mano de un pájaro que anuncia el regreso: el dictador ha caído y de a poco los árboles vuelven a florecer. Las maletas siempre preparadas de los expatriados son sacadas del ropero, listas para despegar a un nuevo destino, el país natal. Paloma es recibida con cueca y volantines, a su alrededor los parientes la rodean, cubriéndola con palabras en su nuevo idioma, la vida es fiesta y cotidiano: hay sol, dulces y playa. Paloma baila, teje y juega a hacer escalopas en la playa: “Con el nacimiento de mis hijos, la perspectiva de la ilustración de libros infantiles cambió para mí. Leemos muchísimos libros juntos y pienso mucho más en qué les gusta a ellos o les llama la atención o podría interesarles”.

Agrega María Jesús: “Para mí el vivir los libros con ellos hace que pueda verlos a través de sus ojos. Además que ellos son una fuente de gran inspiración. A mis hijos los he dibujado mucho, entonces hay algunas posturas que luego uso para las ilustraciones”. Sin duda, esto se puede observar en las guardas, plagadas de movimientos corporales de Paloma y su perro de peluche; de guata, acostada, pensativa, acurrucada, la niña protagonista refleja los estados propios de su edad. Y acá reconocemos ciertos rasgos de otros ilustradores favoritos de la autora: “Me gusta inspira muchísimo el trabajo de ilustradores Brian Wildsmith, Laura Carlin, Beatrice Alemagna, Carson Ellis”.  Y como en tiempos de pandemia a todos nos gusta soñar, le preguntamos: ¿A qué escritor o escritora te gustaría ilustrar? “Mi sueño sería algo escrito por Julia Donaldson o Michael Rosen”.

A volar, paloma: entrevista a María Jesús Guarda

“Yo no viví en el exilio, dos amigas y una amiga de ellas que sí lo hicieron, me ayudaron contándome de sus recuerdos. Vimos que había muy poco escrito sobre el tema desde la perspectiva de los niños y para los niños”.

María Jesús Guarda, ilustradora
A volar, paloma: entrevista a María Jesús Guarda